En el bolsillo está la solución

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Un dicho colombiano muy popular es «se ganó el pase (licencia) en una rifa» para referirse a los conductores que por ningún motivo deberían estar detrás del volante. Sin embargo, la cruda realidad de esta folclórica frase no es un chiste o por lo menos así lo demuestran las estadísticas consolidadas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial para el 2017.

En la entrevista publicada por la Revista Semana el sábado pasado, el director Alejandro Maya afirmó que 6.479 personas murieron en accidentes de tránsito en las vías públicas del país durante el año pasado. Según el artículo, esta cifra supera el número de víctimas del conflicto armado en uno de sus peores años.

Frente a las preguntas sobre las causas del alarmante incremento, Maya apuntó a tres factores principales: falta de controles operativos, irrespeto a las reglas de tránsito y proliferación de las motos.

Con respecto al primer factor, el director sostiene que en siete de cada diez municipios en Colombia, los conductores de vehículos y motos hacen lo que quieren ya que no existen agentes de tránsito u oficiales públicos en ejercicio de la ley, que los detenga en flagrancia y les impongan las debidas sanciones.

El segundo factor lo explica como el irrespeto generalizado de las reglas de tránsito, apelando a la facilidad para adquirir una licencia de conducción y a la levedad de las multas.

Y el tercer factor lo atribuye a la falta de regulación y tributación de las motos, lo que ha generado la explosión de este mercado automotor. Mientras en 2006 había dos millones de motos, hoy hay ocho. En lo que va de 2018, el 70% de los registros para vehículos nuevos son para motos.

Teniendo en cuenta las respuestas del director Maya, saqué mis propias conclusiones. Primero, el hecho de que los alcaldes colombianos no tengan la seguridad vial en la lista de prioridades de sus agendas de gobierno va más allá de la «falta» de controles operativos. Esto demuestra negligencia y falta de liderazgo.

La mayoría prepondera el uso del tesoro fiscal para llevar a cabo políticas teóricas en lugar de satisfacer las necesidades básicas reales de sus poblaciones. Al fin y al cabo, ¿qué importa que todos los días muera un peatón, un conductor o un pasajero de un bus, siempre y cuando haya plata para el reinado, la cabalgata y la feria de la fruta o legumbre emblema de la región?

Segundo, los comparendos que se aplican actualmente, no completan la educación del conductor ya que éste puede reducir el 50% del valor por medio de un curso en el que nadie pone atención como si fuera una clase del Profesor Girafales.

Si comparamos con Estados Unidos, los castigos en Colombia son una palmadita en la mano. El departamento de automotores (DMV por sus siglas en inglés) asigna un número de puntos a las infracciones, los cuales son utilizados por las compañías de seguros para determinar las primas anuales de los siguientes tres años.

Ahora, el delito de conducir en estado de embriaguez conocido como DUI, tiene cárcel. Sin importar si el conductor causó o no un accidente, la pena, según los agravantes–heridos y destrucción de propiedad privada–puede ser entre seis meses y tres años, además de la suspención de la licencia hasta por un año.

El DUI es una mancha en el pasado judicial imposible de borrar por siete años. Además de requerir un abogado y póliza de seguro especial, éste se convierte en un impedimento de contratación y causa de despido. Hasta conseguir seguro de salud se convierte en un lío.

Si bien es cierto que en Colombia el gobierno sigue despilfarrando recursos en programas de educación e incentivos para los alcaldes sin endurecer el código de tránsito, hay un factor  de gran influencia que el director Maya no menciona: el mal estado de las vías.

La defectuosa red vial es otra hija de la corrupción y una piedra en el camino de todos los colombianos. Aún así, los conductores están malacostumbrados y no hay nada como castigar el bolsillo y una noche en la cárcel para aprender la lección de por vida.

Gracias por leer y compartir.

Xiomara Spadafora

Esta columna fue patrocinada por Zellner Insurance Agency. Muchas cosas en la vida no tienen seguro. Para todo lo demás, llama a Zellner (888) 208-8119

 

8 respuestas a «En el bolsillo está la solución»

  1. Columnas como esta siempre nos ponen a reflexionar y nos damos cuenta de lo ligera que a veces muchos irresponsables toman su vida y la de los demas. Si hubiera de verdad una ley que se cumpliera y se penalizaran esas conductas como debe ser, cuantas vidas se salvarían en nuestro pais! Excelente columna.

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  2. Gracias por proporcionar este espacio sobre este fundamental tema, la seguridad vial. Aquí en mi Municipio, Fundación, Magdalena nadie respeta las normas de tránsito y pareciera que no hubiera autoridades competentes. El conductor maneja a su antojo y sin control especialmente los motociclista que en entre otras cosas, raro el que carga licencia y los documentos obligatorios del vehículo. Sigan ahondando en este tema. Y felicitaciones por esta columna.

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  3. No solamente en Santa Marta., también en Córdoba , hay un cntidades de.muertos todos los.dias ,.debido a la cantidad de.motos ; q no conocen y no, repetan las normas.del.tránsito van alta velocidad, transitan x la izquierda , y la alta velocidad, es lo q producen los accidentes, no tienen normas q las regulen, esperemos q el.Alcalde.actual.haga .algo pq.estos conductores de.motos, no conocen las normas..

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  4. Usted tiene razón. Pero hay algo que no entiendo de la gente.
    Cuando alguien incumple una norma de tránsito,está poniendo en riesgo la vida.
    ¿No se supone que uno debe temer más perder la vida, que perde cualquier suma dinero ( ser multado), por alta que sea?
    Dicho de otra manera, te cruzas el semáforo en rojo y puedes tener pena de muerte. Pero lo que te importa es que no te multen.
    A veces pienso que las personas no valoran la vida y la salud de ellos mismos y menos de los demás.

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  5. Primero que todo las multas y sanciones en dinero son un Negocio lucrativo del gobierno
    No importa la vida ni integridad del infractor, al gobierno solamente le importa su dinero nada mas.
    Los cursos pedagógicos son para tratar de volver mas sumisos y obedientes a los infractores y que paguen en dinero siempre
    Mientras las infracciones se sancionen con dinero, siempre aumentara mas el numero de accidentes e infracciones, ya que respondame si lo que necesita un. Conductor es educarse o dinero para pagar? Lo que hace cada vez mas difícil ser prudente por tratar de cumplir con las sanciones en dinero
    Como decía un parlamentario de color, eso de imponer multas en dinero para educar, es como perfumar con aroma de rosas un bollo.

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