La suerte de la fea

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Foto: RCN Radio

El día que leí la noticia sobre la muerte sorpresiva del libretista colombiano Fernando Gaitán sentí mucha nostalgia. Aunque jamás lo conocí, recuerdo haberlo visto con frecuencia en el restaurante bar llamado El Sitio en Bogotá.

Me llegaron a la memoria las noches de rumba en mi época universitaria y las imágenes de sus adoradas musas Gaviota y Betty la fea. Esta última, la más exitosa de sus producciones, regresó a la pantalla de RCN y desde el pasado lunes no me he despegado del televisor.

Beatriz Pinzón es uno de esos personajes protagónicos que hace invisible al actor que los representa. La actuación de Ana María Orozco fue tan magistral que todavía hoy, veinte años después, cautiva a la teleaudiencia. Para la muestra son las cifras de raiting alcanzadas en tan solo dos semanas de transmisión luego del cambio de horario.

Lo interesante será ver cuál es el tipo de audiencia que se aglutinará alrededor de la repetición. ¿Seremos solo los que ya la vimos o atraerá la generación de millenials que en esa época eran solo unos niños?

Por mi parte estoy feliz de poder volver a ver una novela colombiana sin prostitutas o narcotraficantes. Me encanta ver una producción que resalta nuestro folclor sin violencia y el humor colombiano sin vulgaridad.

Además de enarbolar las industrias bandera del país como el café y los textiles, Gaitán también exaltaba el papel de la mujer. En lugar de presentar a sus protagonistas como víctimas desvalidas, a la caza de un príncipe que les solucionara sus problemas, sus heroínas eran mujeres trabajadoras y valientes que no se rendían ante la adversidad.

Aunque el caminado torpe, el terrible peinado, la vestimenta pasada de moda y la voz destemplada hacían de Beatriz Pinzón una mujer estéticamente fea, Gaitán le dio inmenso poder por medio de su inteligencia.

En el caso de la novela Café, con aroma de mujer, la integridad y honestidad del personaje Teresa Suárez, Gaviota, sobresalían por encima de su belleza para alcanzar sus metas profesionales. De hecho, si algún hombre intentaba halagarla la Gaviota lo desplumaba.

En entrevistas, Fernando Gaitán se refería a Betty y a Gaviota como sus hijas. Ambos personajes son ejemplos de la bondad, fortaleza y dignidad de la mujer colombiana. No puedo asegurarlo, pero no me extrañaría que sus verdaderas hijas lo hubiesen inspirado para adornar a sus personajes con las cualidades y valores que quería como ejemplo para ellas.

RCN metió un golazo repitiendo Yo soy Betty, la fea. Además de rendirle un merecido homenaje al libretista, se están beneficiando del arrastre de televidentes para sus otras novelas.

Ojalá los ejecutivos del canal también se den cuenta que los colombianos están ávidos de producciones sin balas ni tangas, que cuenten historias simples y despierten la empatía de la gente. Como dice el dicho, la suerte de la fea la bonita la desea.

Gracias por leer y compartir

Xiomara Spadafora

Esta columna fue patrocinada por Zellner Insurance Agency. Muchas cosas en la vida no tienen seguro. Para todo lo demás, llame a Zellner. En Estados Unidos (888) 208-8119

5 respuestas a «La suerte de la fea»

  1. Columnas como esta nos recuerdan que se puede creer en una Colombia sin balas, sin drogas, sin prostitutas y sin corrupcion.
    Un aliento y algo bonito para ver todas las noches y revivir en nuestros corazones la dulzura y la escencia del ser humano. Excelente este blog Mi Vida Gringa 🥰

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  2. La mujer por encima de todo, sea fea o bonita. Blanca, negra o mestiza. Son los seres que con su realidad nos alegran la visa, nos endulzan, nos consuelan. Felicitaciones por tan excelente escrito

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