El sábado pasado mi esposo y yo salimos a cenar con una pareja de amigos—la primera vez en más de un mes—y cuando entramos al restaurante nos sentimos como un par de presos que ven la luz por primera vez al finalizar su sentencia. Nos actualizamos en las historias de nuestros hijos y de las amistades en común.
Ahí nos enteramos que la hija de unos conocidos estaba recluida, desde hace un mes, en una clínica de rehabilitación por abuso de drogas de prescripción que la llevó a un intento de suicidio por sobredosis. Tiene diecisiete años. Continuar leyendo «Re-hab: Vacaciones de Moda»