Nunca he sido una persona dedicada al deporte, ni siquiera cuando era niña. No solo porque no me gustaba, sino porque además, en los años ochenta mi país no patrocinaba ningún otro deporte que no fuera el fútbol masculino.
Por otro lado, mi Mamá tenía que trabajar tiempo completo para mantenernos, así que no contaba con el tiempo ni con el dinero para matricularme en actividades extra curriculares. Entonces, el ejercicio que hacía era jugando con mis vecinitos a las escondidas o guerras de agua en la calle, cuando llegaba de estudiar. Continuar leyendo «Mamá Hincha»