Aunque he tratado arduamente de asimilarme a la cultura Estadounidense–todavía no me gusta el fútbol americano y detesto la comida BBQ–finalmente la llegada de mi hijo al mundo hizo que me crecieran, por este país, raíces tan profundas como las de un roble.
Desde ese momento, las tradiciones familiares que mi esposo, mi hijo y mis perros hemos construído, son los planos de mi identidad.
Sin embargo, debo confesar que por muchos años no me gustaba celebrar el Día de Acción de Gracias. Desde que llegué a EEUU en 2005, esta fiesta la consideraba «solo para gringos» pues no entendía su significado ni me nacía buscarlo en Google. Pero las cosas cambiaron y ahora empiezo a planear la celebración desde el mes anterior, por dos razones. Continuar leyendo «¡Pavito, Pavito!»