Los deportes nunca han sido una de mis fortalezas. Cuando era niña en los en los años ochenta, Colombia solo patrocinaba el fútbol masculino. Por otro lado, mi Mamá tenía que trabajar tiempo completo para mantenernos, así que no contaba con el tiempo ni con el dinero para matricularme en actividades extra curriculares.
Aunque odiaba los deportes de contacto, todos los años del bachillerato tuve que pertenecer a un equipo en el colegio. En contra de mi voluntad y como era una de las niñas más altas de mi clase–mido 1.70 cms desde los 13 años—los profesores de educación física siempre me escogían para jugar baloncesto. Continuar leyendo «Mamá Porrista»