El pasado 19 de septiembre, la actriz Amparo Grisales dio unas declaraciones en una entrevista radial que levantaron ampolla dentro del grupo de feministas colombianas, creando una controversia que en mi opinión vale la pena debatir.
Luego de decir que el «punto G» de la mujer se encuentra al final de palabra shopping, la locutora del programa censuró el comentario y le dijo que las feministas se iban a molestar a lo que Grisales respondió, en su inigualable estilo desparpajado, «Me importan un pito las feministas, mi amor!«
Acto seguido afirmó que las anteriores, debido a que son feas y no tienen pareja consideran a los hombres sus enemigos y los piropos un abuso de género. Para finalizar el segmento, Grisales dijo que hombres y mujeres «tenemos derechos iguales, no podemos excluirnos el uno al otro».
Inmediatamente, la cabeza de una organización feminista la atacó diciendo que Amparo Grisales encarna todo lo que las mujeres no debemos seguir. También afirmó que la actriz se beneficia económicamente del machismo y la comparó con las cortesanas y prostitutas que acompañaban a los duques y condes europeos.
La generalización que Amparo Grisales hizo sobre las feministas no fue muy halagadora–¡a nadie le gusta que le digan bigotona! Pero, también la respuesta de las feministas apeló al extremo de condenar su sensualidad e igualarla al ejercicio de la prostitución.
Viajar al pasado y encontrar en la historia de la humanidad que las mujeres no teníamos derecho a la educación, a la propiedad, a trabajar, igualdad dentro del matrimonio y mucho menos derechos ciudadanos como el sufragio o formar asociaciones, es humillante y doloroso.
Por esta razón, el origen del feminismo es noble y justo. Todas las mujeres debemos gratitud a aquellas rebeldes que desde la Edad Media engendraron y dieron luz a la vindicación del sexo femenino. Sin su labor, yo no podría estar escribiendo estas palabras.
No obstante, la tercera ola del movimiento feminista, el cual empezó en la década de los 90 y continúa en el presente, se alejó del esencialismo y la definición femenina contempladas en la primera y segunda ola (iniciadas en el siglo XIX y 1960 respectivamente).
Actualmente muchas feministas alrededor del mundo, tanto heterosexuales como homosexuales, en su afán de alcanzar la igualdad de género en todo aspecto están neutralizando el sexo femenino. La belleza y la vanidad intrínseca de la mujer se ha convertido en un obstáculo y en un débito de su coeficiente intelectual.
En otras palabras, quieren que las mujeres nos comportemos como los hombres que tanto juzgan. Sin embargo, cuando el resultado no conviene, inmediatamente sacan la carta del sexo débil contradiciendo lo que predican.
Con el respeto que los hombres se merecen, incluyendo a mi esposo e hijo, en nada quiero parecerme a ellos. ¡Nada más imaginarme mi casa convertida en una fraternidad me da un síncope!
Hombres y mujeres tenemos los mismos derechos. Pero también tenemos las mismas obligaciones, empezando por la de respetar los unos a los otros y sin excluirnos como dijo Amparo Grisales.
Gracias por leer y compartir.
Xiomara Spadafora.
Como dices en tu columna Mi Vida Gringa, las que se sienten aludidas con el tema del que hablo Amparo Grisales son las mujeres feas o que por alguna razon del destino no se sienten mujeres. Muy buena y oportuna columna en estos momentos de tanto alboroto social 🤔
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Eso es pura»Envidia» a Amparo cada qué aparece en un nuevo proyecto o programas ,lo mismo que cuántos años tiene que es una vieja fea que tiene mil cirugías etc. A quien no le gustaría a esa edad tener ése cuerpazos y esa piel no importa qué se mate en un gimnasio y tenga uno oh! mil retoques , no todas las mujeres tienen el mismo resultado , no se ven naturales y que mejor qué le tengan Envidia qué sentirla y eso también le ayuda siempre está vigente.Aclaro no soy gay pero si admiró a los hombres y mujeres que tienen la verraquera de cuidarse.Mmmm tampoco soy fea y no aparento la edad que tengo , claro no me ejército y como mal , por lo tanto físicamente aparento un 70% de lo qué se ve Amparo.
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Tanto feminismo ha vuelto ala mujer, arrogante, y agresiva ,que bueno setia desde el respeto para ambos generos ,cuidarnos y respetarnos o cuantas mujeres no son maltratadoras con los hombres la ideaes ser ecuanimes y ser inteligentes ala hora de ser tratados, estoy de acuerdo con amparo ,todo bajo la
igualdad
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