
Llevo más de dos años comprándole juguetes Lego a mi hijo sin importar si eran o no apropiados para su edad. En secreto, los he comprado para mí, pues cuando era niña nunca tuve la oportunidad de jugarlos. Sin embargo, desde hace dos semanas, mi hijo finalmente se enamoró de ellos y pasa horas enteras construyendo naves y estaciones espaciales.
Aunque la mayoría del tiempo juega bien, algunas veces se desespera y los deja a un lado. Entonces, le recuerdo lo afortunado que es ya que millones de niños en el mundo tienen que jugar con lo que encuentran en la basura. Esta es la historia del adolescente boliviano Esteban Quispe, el genio que construyó una réplica de Wall-E, el tierno robot de la película de Disney, con componentes reciclados de los basureros de su ciudad. Continuar leyendo «Reciclador de Sueños»




Mis perritos Rusty y Sasha tuvieron “el viaje de su vida” el jueves pasado. Debido a que los perros se estresan mucho durante las limpiezas de los dientes es necesario anestesiarlos, y la verdad yo no los culpo. Cuando yo voy al dentista, siempre pido el gas relajante—o gas de la risa que llaman en Estados Unidos—porque de lo contrario ¡yo también mordería a la higienista!
Ver a mi hijo reír, me hace reír. Ver a mi hijo dormir, me tranquiliza. Pero verlo respirar cuando está en plena batalla con su asma, hace que mi propia tráquea se constriña elevando mi ansiedad a un punto imposible de soportar. Durante las pasadas dos semanas, le he rogado a mi hijo que no grite ni corra, lo cual me hace sentir como una idiota pues es como pedirle a un ave que deje de volar.

El domingo pasado fuimos a ver la nueva película de Disney, Zootrópolis. Cuando empezó, creí que iba a poder verla sin llorar como una Magdalena, pero empezó 