En algún lugar del Río Magdalena

Rio Magdalena
Foto: CardCow.com

El viernes pasado me reuní con los jurados del concurso de escritura creativa que he patrocinado durante tres años en la escuela primaria a la que asiste mi hijo. En el grupo de los cuentos de cuarto grado había uno escrito a mano, en hojas rayadas y en tinta azul. El título era «Carito«.

Inmediatamente recordé la canción de Carlos Vives y pensé: «Apuesto que tiene que ver con Colombia«. No me equivoqué.

La autora (su nombre se mantiene oculto durante el proceso de selección) cuenta la historia de una niña a quienes sus padres adoraban. Debido a la precaria situación económica, su padre debe marcharse a trabajar en una plantación de madera en algún lugar del Río Magdalena.

El padre le escribía cartas a su esposa religiosamente, todas las semanas, hasta que un día cesaron sin explicación. Entonces, la joven madre decide embarcarse en una riesgosa travesía en medio del conflicto armado en busca de su marido. Al llegar, los compañeros de trabajo de su esposo le confirmaron que éste había desaparecido sin dejar rastro.

La historia continúa diciendo que la niña tuvo que ayudar a su madre para salir adelante solas, trabajando fuerte y sin dejar de soñar con un futuro mejor. Al final, una pregunta: «¿Saben quién es ella? Esa niña es mi mamá«. Los ojos se me aguaron y un nudo en la garganta me dejó sin palabras.

Los tres jurados decidimos unánimemente que «Carito» era el ganador de su categoría. La premiación es el próximo 30 de enero y desde ya, estoy ansiosa por conocer a la pequeña escritora que nos conmovió el alma.

El flagelo de la desaparición forzada de personas ha sido utilizado masivamente en América Latina, especialmente durante las dictaduras militares del cono sur y el conflicto armado en Colombia.

En Argentina, se estima que más de 25 mil personas fueron desaparecidas durante la dictadura militar de 1976-1983. En Colombia, en medio siglo de conflicto armado, el número es más del triple.

Según las cifras oficiales de 2018 del Centro Nacional de Memoria Histórica, en Colombia se han registrado 80.472 víctimas, de las cuales 79.245 son población civil y 1.221 combatientes. Los principales presuntos responsables son: grupo paramilitar (26.284 casos), guerrilla (10.441), grupo posdesmovilización (2.541) y agente del estado (2.401). (Ver infografía).

Cuando los muertos son tantos, los violentos prefieren desvanecerlos para borrarlos de su consciencia. La desaparición forzada de personas es una herramienta cobarde, pero la más efectiva para sembrar el terrorismo dentro de la población y mantenerla bajo su yugo.

Los temas de los otros cuentos fueron animales, aventuras intergalácticas y princesas. Predecibles, para niños de tercero, cuarto y quinto de primaria. Sin embargo, la autora de «Carito», escogió exponer en tres páginas un tema muy avanzado para su edad y ajeno a la sociedad norteamericana.

En mi opinión, este cuento es un homenaje de la autora a su madre y abuela, quienes con su ejemplo, le dieron el coraje para escribir su historia.

Gracias por leer y compartir.

Xiomara Spadafora


Aviso de responsabilidad: Las opiniones expresadas en esta publicación pertenecen a la autora, Xiomara Spadafora, y no son influenciadas por patrocinadores ni anunciantes. La autora no es responsable por los comentarios generados en el foro abierto de Mi Vida Gringa. Todos los derechos de reproducción total o parcial son reservados.

5 respuestas a «En algún lugar del Río Magdalena»

  1. Historias tan tristes como esta lamentablemente se siguen repitiendo en nuestro país. A pesar de una firma de paz a medias, el conflicto por el narcotrafico en el medio sigue su cauce. Conmovedora😢

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  2. Desafortunadamente en Colombia, aunque en menos proporción, seguimos viviendo casos de desaparición forzada, masacres, asesinatos sistemáticos de líderes sociales. Si bien el proceso de paz ha contribuido a reducir considerablemente estas cifras, el trabajo y el compromiso de su pueblo y gobierno debe ser la prioridad para garantizar para nuestras futuras generaciones un país carente de miedo y lleno de nuevas experiencias y lugares por explorar. Linda historia, saludos a la Hija de “Carito” y con mis más profundos deseos que su historia sea la motivación para trabajar por su país y que hayan garantías de no repetición. Abrazos Colombianos llenos de paz.

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