
La semana pasada me tomé unas cortas vacaciones en compañía de una de mis mejores cómplices del colegio que vino de Colombia. El «combo» estuvo integrado por mi amiga, su esposo, sus tres hijos de seis, cuatro y dos años, su mamá, su abuela, una de sus tías, sus dos hermanas, el novio de una de ellas, mi esposo, mi hijo y esta humilde escritora. En otras palabras, éramos la Selección Colombia más tres suplentes.
Aunque nuestra amistad lo ha compartido todo–hasta el año en que nos casamos y tuvimos nuestros primeros hijos–cuando me dijo que venía a visitar los parques de Orlando, Florida, preferí como dice el dicho «perder por W» y encontrarme con ella cuando hubiera terminado su aventura de desfiles y montañas rusas. Continuar leyendo «¿Vacaciones en Orlando?»








