La última carta para mi padre

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El orden lógico de la vida es que los hijos le digamos adiós a nuestros padres solamente cuando éstos mueren, excepto en mi caso. Mi padre huyó de su responsabilidad antes de que yo naciera y se escondió cobardemente tras la sombra de una nueva familia.

Tuvieron que pasar trece años y el fallo de un juez para que mi padre asumiera su rol. Ojalá la novela de mi vida hubiera sido diferente y pudiera decirles que todo se arregló, pero la realidad supera la ficción y mi padre entró y salió de escena cuantas veces quiso hasta que le apagué las luces del escenario. Continuar leyendo «La última carta para mi padre»

Cuerpazo

Xiomara Spadafora Beach Body

El sábado pasado mi hijo y yo fuimos a la playa. El sensor de mi carro mostraba 35 grados centígrados de temperatura ambiental, pero la humedad nos hacía sentir como si estuviéramos en una olla a presión.

Gracias a Dios encontré un espacio para parquear mi carro cerca de la entrada, pues cargando mi maleta de playa, la silla en la espalda, los juguetes de mi hijo y una tabla de surfear en las manos yo parecía un perchero ambulante. Lo único que le pedí a mi hijo que cargara era la neverita la cual estaba llena de sus golosinas y sin embargo no paró de quejarse todo el camino. Continuar leyendo «Cuerpazo»

Los Beneficios del Golf

Xiomara Spadafora Beneficios del Golf

Antes de casarme, pensaba que el golf era un “deporte” generalmente para hombres panzoncitos a quienes les encantaba dar vueltas alrededor de un parque montados en un carrito de pilas. No entendía el objetivo del juego–fuera de la excusa para tomar whiskey y fumar cigarros. Sin embargo, desde que mi esposo empezó a jugar de nuevo hace un par de años, ahora me encanta este deporte y hasta sueño en secreto con tener un carrito de golf.

El golf ha traído muchos beneficios a mi familia. Primero que todo, hace que mi marido se ausente de la casa por cuatro o cinco horas durante el fin de semana lo cual evita que me haga desorden.

Por ejemplo, siempre puedo adivinar con certeza hacia dónde caminó luego de sacar unas galletas de la alacena, ya que deja un camino de moronas en el piso como si fuera Hansel. Esto me convierte en la Bruja del cuento, ¡pues me provoca meterlo al horno y comérmelo!

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¡Tiburón!

Xiomara Spadafora Tiburon

Empezó el verano y con éste mi martirio para mantener a mi hijo entretenido durante las semanas que no tiene vacaciones recreativas. En el pasado, solía sentirme culpable por permitirle mirar mucha televisión o iPad, pero ya se me pasó; iPad es la mejor y más barata niñera del mercado y lo mejor, ¡nunca pide que le suban el sueldo!

Hablando en serio, el verano me llena de nostalgia y hace que extrañe mi país más que nunca. Me entristece ver a mi hijo pegado a una pantalla o jugando solo en lugar de estar jugando con sus primitos y sus tíos durante las vacaciones como lo hacía en mi infancia. Cada vez que vamos a nadar, mi hijo tiene que hacer nuevos amigos y aunque casi siempre la pasa bien, no falta la mosca en la leche. Continuar leyendo «¡Tiburón!»

Asesina de Peces

Xiomara Spadafora Asesina de Peces

El miércoles pasado caí redonda en la trampa de mi hijo y le compré tres peces—a los que llamó Steve, David y Roberto—y un caracol—al que llamó Spady. Llevaba rogándome por lo menos dos meses por un acuario, pero la idea de tener otro ser vivo bajo mi responsabilidad me llenaba de dudas. Al final, los ojazos coquetos de mi hijo—tal como los de su padre—me dispararon una flecha en el talón de Aquiles y terminé aceptando.

Después de pagar cuarenta y cinco dólares—y eso que fue una ganga porque la tienda estaba con el 50% de descuento—salimos de la tienda de mascotas con un carrito de mercado cargado de todo, menos de peces. Continuar leyendo «Asesina de Peces»

Huelga de Hambre

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El fin de semana mi hijo y yo visitamos a una de mis mejores amigas en Orlando. Regresamos hacia las 6 p.m. y cuando entramos a la casa, mis bebés de cuatro patas–Rusty y Sasha–se enloquecieron y nos lamieron como si fuéramos dulces de carne. A los pocos minutos, Rusty me guió hacia su tazón de comida queriendo mostrarme algo.

Cuando manejaba camino a Jacksonville, mi niñero canino me contó por teléfono que Rusty no había querido desayunar, luego él había puesto su tazón en la cocina para prevenir que Sasha–la aspiradora–comiera doble. Inmediatamente supe lo que estaba pasando: cada vez que viajo por más de un día, Rusty empieza una huelga de hambre para mostrar su inconformidad. Continuar leyendo «Huelga de Hambre»

Respuestas Inocentes

Xiomara Spadafora Mothers Day

El viernes pasado fue la celebración del Día de la Madre en el pre-kínder de mi hijo. Era un día soleado y los renacuajos presentaron un show de canciones–las cuales mi hijo no cantó pero bailó como si fuera un instructor de zumba– y un show de arte con un dibujo de la mamá por un lado y un cuestionario de las profesora en el respaldo.

De las once respuestas, la segunda me clavó una daga en el corazón y en el orgullo. Cuando le preguntaron, «¿Cuántos años tiene tu mamá?«, ¡mi hijo respondió 50!

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¿SERVICIO AL CLIENTE?

El jueves pasado llegó por correo a mi casa una caja gigante a las seis de la tarde. Cuando la abrí, había tres cajas adentro, las cuales tenían el logo de Comcast Xfinity—la compañía de televisión por cable. Inmediatamente la sangre se me congeló, pues recordé que habíamos decidido reemplazar a Direct TV, lo cual significaba que mi esposo tenía que instalar el nuevo servicio. Continuar leyendo «¿SERVICIO AL CLIENTE?»

¡Qué Viaje!

IMG_0209Mis perritos Rusty y Sasha tuvieron “el viaje de su vida” el jueves pasado. Debido a que los perros se estresan mucho durante las limpiezas de los dientes es necesario anestesiarlos, y la verdad yo no los culpo. Cuando yo voy al dentista, siempre pido el gas relajante—o gas de la risa que llaman en Estados Unidos—porque de lo contrario ¡yo también mordería a la higienista! Continuar leyendo «¡Qué Viaje!»

Respirar Profundo

Mi Vida Gringa Respirar ProfundoVer a mi hijo reír, me hace reír. Ver a mi hijo dormir, me tranquiliza. Pero verlo respirar cuando está en plena batalla con su asma, hace que mi propia tráquea se constriña elevando mi ansiedad a un punto imposible de soportar. Durante las pasadas dos semanas, le he rogado a mi hijo que no grite ni corra, lo cual me hace sentir como una idiota pues es como pedirle a un ave que deje de volar.

Este ataque de asma, el peor de su corta vida, le nubló el cumpleaños y lo ha mantenido rehén—al igual que a mí–en la casa por varios días. Aunque ha estado de mal humor y muy agitado debido al efecto de los broncodilatadores, por primera vez le agradecí a Dios por su terquedad, pues a pesar de sentirse tan mal, no dio su brazo a torcer. Continuar leyendo «Respirar Profundo»