La semana pasada estuvo llena de celebraciones. Primero, mi Mamá llegó de Colombia a consentirnos y alegrarnos la vida por un mes. Cuando entró a la casa, mis perros se enloquecieron y me pareció escuchar a Rusty decir entre dientes, “¡Gracias a Dios volvió Nana!”, a lo que Sasha añadió, “¡Ya estaba harta de la comida de perros y las caminatas tarde!”
El segundo motivo fue el cumpleaños número cinco de mi hijo. Una vez más sentí la dulce nostalgia al recordar la primera vez que nos miramos, luego del ayuno más largo de mi vida–lo único que me daban era hielo picado–y veintinueve horas de trabajo de parto. Continuar leyendo «Una Vida Llena de Regalos»




El domingo pasado fuimos a ver la nueva película de Disney, Zootrópolis. Cuando empezó, creí que iba a poder verla sin llorar como una Magdalena, pero empezó 



