
El miércoles pasado, fue el cumpleaños número 82 de mi Abuelita. Esta mujer, fácilmente podría ser familiar de Superman, pues después de todo lo que ha tenido que vivir y sobrevivir, solo es posible si está hecha de acero.
Nacida en 1934, en una república adolescente, no pudo terminar el colegio debido al espiral de violencia desatado por la lucha de los partidos políticos. Por esta razón y con un horizonte árido de oportunidades, siguió el camino del matrimonio logrando engendrar una numerosa y especial descendencia. Continuar leyendo «Conductora de la Tercera Edad»




El sábado pasado jugó el Powerball (equivalente del Baloto en Colombia) más jugoso en la historia de los Estados Unidos, con un premio mayor de casi un billón de dólares. El domingo por la mañana–antes de saber que nadie se lo había ganado–no quería verle la cara al ganador en televisión. Me considero una buena persona, pero si me lo encontrara en la calle le hubiera dado un coscorrón por suertudo.
Empezó 2016 y luego de emborracharme y rellenarme la noche de fin de año como un pavo—además de sobrevivir un guayabo terciario—llegó la hora de empezar a trabajar y poner en práctica los cambios prometidos.
2015 está a pocas horas de acabarse. 40 publicaciones, incuída ésta, me llenan de orgullo pues por primera vez en muchos años, vencí mi tendencia a posponer mis objetivos en la vida. Recuperé el sueño de mi juventud y me veo escribiendo hoy y por siempre.